Y vos, ¿qué haces tanto que no venís?
Prometo que me tendrás para lo necesario, lo fútil, la salud y la enfermedad, el fútbol y el teatro, la música y el silencio, los libros y el cine, para quererte y para odiarte.
Sí, te hablo a vos, el tall dark stranger que debo conocer un día de estos.
Tú, el que tarda en llegar.
Sí, te hablo a vos, el tall dark stranger que debo conocer un día de estos.
Tú, el que tarda en llegar.
Sí, ya sé que aún espero que mis amores pasados me escriban un e-mail. Un brindis por los viejos tiempos.
Y qué me pedís vos, si aún los aprecio. Les deseo todo el bien del mundo.
Pero vos podrías escriturar por acá, podes tener tu espacio con llave y todo, si apareces, claro.
Y no necesitarías un e-mail, estarías a una llamada, a un mensajito, justo a un ladito mío.
Aquí no valen los celos, que yo estoy aquí solita, esperandote.
Aquí no valen los celos, que yo estoy aquí solita, esperandote.
Pero vení, hablame, manifestate, por que soy miope y la mar de distraída.
Conquistame con los detalles que nunca nadie me dio: un girasol, una serenata, mariposas, un atardecer, un amanecer. No sé, inventá.
¿Qué haces tanto que no venís?
Prometo ayudarte si estás muy ocupado.
Aparecete, manifestate, que lo demás me encargo yo.
Aparecete, manifestate, que lo demás me encargo yo.