viernes, 4 de febrero de 2011

Llamada a marte...

Y vos, ¿qué haces tanto que no venís?
Prometo que me tendrás para lo necesario, lo fútil, la salud y la enfermedad, el fútbol y el teatro, la música y el silencio, los libros y el cine, para quererte y para odiarte. 

Sí, te hablo a vos, el tall dark stranger que debo conocer un día de estos. 
Tú, el que tarda en llegar.

Sí, ya sé que aún espero que mis amores pasados me escriban un e-mail. Un brindis por los viejos tiempos.
Y qué me pedís vos, si aún los aprecio. Les deseo todo el bien del mundo.
Pero vos podrías escriturar por acá, podes tener tu espacio con llave y todo, si apareces, claro.
Y no necesitarías un e-mail, estarías a una llamada, a un mensajito, justo a un ladito mío.

Aquí no valen los celos, que yo estoy aquí solita, esperandote.

Pero vení, hablame, manifestate, por que soy miope y la mar de distraída.

Conquistame con los detalles que nunca nadie me dio: un girasol, una serenata, mariposas, un atardecer, un amanecer. No sé, inventá.

¿Qué haces tanto que no venís?
Prometo ayudarte si estás muy ocupado. 

Aparecete, manifestate, que lo demás me encargo yo.