lunes, 26 de diciembre de 2011

Bucket list para el fin del mundo

Y según muchos el próximo año se acaba el mundo. Se cumplen las profecías de Nostradamus que  señalan que la humanidad se encamina a su término. La cuenta larga de los mayas llega a su último año.

Sin embargo no creo que alguna de estas profecías apocalípticas se cumpla. Y toco madera –plywood, ni modo- ante la idea de la destrucción de la tierra.

Hace muchos años, cuando tenía como 14, escribí una lista de cosas que quería hacer durante mi vida. Mi bucket list, como dirían los gringos. Y se perdió entre mis cuardernos, libretas y libros.

Ahora, ante este panorama apocalíptico, quizá sea bueno volver a hacer otra.

  1. Saltar en bungee, saltar en paracaídas, o hacer canopy . Probablemente me muera del miedo pero ¿qué sería la vida sin un poco de emoción?
  2. Terminar de leer la saga de Eragon –el mundo se podrá acabar pero yo necesito saber si vencen a Galbatorix.
  3. Visitar las ruinas mayas. Sí, se va a poner fácil con la ruta maya :) Aunque demasiado público y demasiado público para este año.
  4. Manejar un auto nuevo o un deportivo.
  5.  Probar algo nuevo todos los meses. Salir de la zona de confort todos los meses.
  6.  Menos internet, menos tele y más cafés con amigas y más lectura.
  7. Cocinar más para los amigos y familia –de qué sirve cocinar rico si no se comparte…
  8. Caminar más, aún en el contaminado y soleado San Salvador. ¡Ah, sí! No se me olvide llevar a Schustito.
  9. Más sonrisas, más abrazos y más besos
  10. Oir más y hablar menos
  11. Vaciar la maleta emocional más seguido.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Anhelos de cambios

Foto mía tomada hace unos días en las playas salvadoreñas
Quiero ver las nubes desde otra latitud.

Quiero que las coordenadas hagan que el sol no me queme tanto.

Quiero llenarme los pulmones con aires menos contaminados.

Quiero escuchar otros acentos, otros fonemas.

Quiero recorrer otras calles, de aquellas empedradas, históricas, centenarias.

Quiero otros sabores en mi paladar.

Quiero que algo me alegre el corazón de nuevo. Que la rutina no pese más.

Quiero que los cambios llenen mi vida.

viernes, 9 de diciembre de 2011

MD no me entiende


No, no voy a hablar sobre la calidad de los zapatos de MD. Tampoco mencionaré la atención ni voy recomendar su página en FB.

Imagen recibida en mi correo
Aunque las campañas de MD no llega al nivel de las de Benetton en cuanto a la provocación, ha llamado la atención usando modelos (hombres) guapos (¿?), dejando ropa interior (fea y ordinaria, era de esperarse) sobre los MUPI (mueble urbano para la presentación de información) donde estaban los “adonis” de esta campaña, poniéndoles cabeza de cerdo a las mujeres (campaña que detesté porque fomentaba estereotipos, según yo …y otras más.

La última que me gustó fue la de “Toda chica Fashion” que incluso promulgó la necesidad de tener parqueos cercanos a las entradas para las chicas que siempre usan tacones, aunque creo que es mucho más necesaria para las que nos ponemos tacones de cuando en cuando.

Sin embargo, en esta su campaña de Lecciones para Hombres se ha quedado atrás. No sé si habrá una segunda parte pero me ha decepcionado.

La única lección fuerte ha sido que los “calzoncillos chiquitos no son sexy”.  No lo son claro, pero ¿es lo más duro que vas a pegar MD? Después de poner cabezas de cerdo y dejar brassiers enormes en los mupies ¿es lo más que vas a decir? Shame on you, o shame on me por esperar más.

Y como MD no me entiende, aquí dejo unas cuantas de MIS lecciones para hombres
  1. Hombres del mundo NO SE RASQUEN EL PAQUETE. Es maleducado y grosero. No importa si visten con ropa de marca, si son grandes galanes o conocidos…rascarse el paquete les quita “caché”.
  2.  A pesar que los niveles de violencia pueda hacer pensar que este es el viejo oeste, no lo es. Así que no escupa en la calle.
  3.  Las uñas largas son bonitas en manos de mujeres. Así que cuando la lunita de la uña deje de ser creciente opte por un manicure.
  4.  Use desodorante y colonia. No hay nada mejor que un hombre que huele limpio o a colonia, eso siempre le sumará puntos.
  5. Si recuerda las fechas del clásico y las estadísticas del fútbol español, haga espacio en su RAM para recordar fechas importantes. Conozco a varios hombres que lo hacen, así que no es defecto de género.

Siéntase libre de recomendarme otras Lecciones para hombres y por qué no, lecciones para mujeres…

martes, 6 de diciembre de 2011

Acordes y letras (Obsesiones 2)

Yo creería que tengo poquitas obsesiones, tanto como que el cambio climático no nos afecta.

Esta semana es de la música un tanto retro.

Primero, una canción que me encontré en mi "obserie", Fringe. Es Maxine Nightingale (como la enfermera famosa) con Right Back where we started from.



Después está una canción más viejita, pero que igual me encanta. Cortesía del Gato Lorena.
Doña Lorena me la recomendó un día que me quejaba amargamente sobre la rutina reciente.
Así que Doris Day irrumpió con un té para dos.



Por último,  una voz masculina clásica. Dean Martin y su Buen día.


Después de disfrutar esta musiquita me pregunto qué se habrá hecho la buena música, los buenos cantantes, las buenas letras,  en fin.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Obsesiones

Esta semana he descubierto que tengo nuevas tendencias que me obsesionan.

La más obvia hasta ahora es Fringe, por que ya pronto, y en enero sabré si Peter Bishop regresa a Olivia. Su Olivia.

Además, necesito averiguar dónde puedo aprender a bailar Quickstep. Es un baile de principios del Siglo XX, cuyos pasos hacen que uno parezca que está flotando.


Además, en las competiciones, el vestuario es hermosamente delicado.

Luego, Frankie, La Voz. La música de Sinatra y los crooners me emociona. Me llena de alegría. Como me dijeron por ahí, es música para enamorarse. (Algunas van muy bien con el Quickstep)

Creo que estoy fijada en las primeras décadas del siglo pasado, quizá en mi vida pasada viví en esos años. No sé. Quizá son recuerdos de mi yo pasado.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Bruja

No lo supo cuando se sentó a su lado.

No lo supo, a pesar de que repetía incansablemente que era bruja. Lo creía con vehemencia, pero en el fondo sabía que esa forma de adelantarse a los eventos era simplemente su extraña habilidad de distinguir con claridad lo lógico, lo inevitable, lo que muchos llamarían fatalidad.

Pero en otras ocasiones, la casualidad y el azar se conjugaban inexplicablemente para cumplir sus extravagantes “visiones”.

Le bastaba recordar sus monótonos años en un colegio de monjas, en los que a media clase de física, con el mamotreto del libro de texto frente a ella, abierto con ejercicios que jamás volvería a ver; por que al fin y al cabo no admiraba más a Arquímedes cuando apretaba el tubo de la pasta de dientes o cuando se la pasaba flotando en cualquier piscina; recordaba esos años con la mirada perdida en el vacío de la ventana con el pensamiento absurdo de  “quiero que tiemble, hace días que no tiembla” para que un par de segundos después sostuviera esa biblia matemática sobre la mesa del pupitre y evitar así que la lógica de Doppler se estrellara en el piso con el bamboleo de la tierra.

En el egoísmo de sus tardes se martirizaba pensando en los deseos que desperdiciaba con esas peticiones absurdas, tratando de escapar del tedio de las clases después del almuerzo.

Pero ese día no presintió que el tipo a su lado no era lo que quería, aunque era muy parecido. No previó que él le daría oportunidad de atisbar aquel estado que  deja al corazón en calma y pone una sonrisa boba. Tampoco percibió el leve cambio en la arritmia de sus latidos, a pesar de que lo encontró interesante.

Con una sonrisa lo archivó todo y puso atención al juego de damas que casi terminaba. Así, el hombre con barba de rey mago y risa de cohete entró en su vida pausado, sin prisas. Llegó con el peso de su historia y su pasado, sus miles de preguntas, sus explicaciones, sus besos suaves, reposados, y el conocimiento exacto de esa cosa tan efímera que llaman felicidad.

Para ella el destino los había traído, tras una serie de eventos específicos, hacia el preciso momento y lugar en que debían conocerse. El espacio y el tiempo los había preparado para encontrarse, y a pesar de la negación,  la frustración y las circunstancias no podía escapar de los designios del fatum.

Ambos sonrieron y ese simple gesto los conectó. Compartían su afición por el fútbol y la música y perdían la noción del tiempo cuando charlaban. De pronto, una tarde, un cigarrillo y una cerveza los acercaron lo suficiente para que sus corazones se hablaran.

-Esta plática la debimos tener antes…-trató de explicarse y explicarle él.
-¿Crees?-sonrió ella
-¡Sí!-gritó en medio de la risa y lanzándose sobre ella, la abrazó y tuvieron su primer beso, sin planearlo o esperarlo.

En ese momento, temblando de pies a cabeza, creyó que quizá no volvería a sentirse así con nadie más y se dio cuenta que podía amarlo.

-¿Qué voy a hacer contigo?-preguntaba él de vez en cuando, recordando en silencio que no podía tenerla.
-¡Todo!-le contestaba ella, sin dudas, resuelta a enfrentarlo, con todas las defensas por el suelo, comprometida con esa historia.
-Todo es todo-explicaba sereno-incluye lo bueno, lo malo…
-Ya lo sé-replicaba con el corazón enardecido con esa valentía estúpida, de la que no lleva a ningún lugar.
-Es que tu todo no es todo, es una parte-replicaba él, convencido de que ella no podría enfrentarlo Todo.
-¡Mentira!-y comenzaba otra vez esa discusión infinita entre ellos…