domingo, 26 de septiembre de 2010
La victoria de Átropos
Entonces, ese día, después que muchas lunas pasaron desde el final, ese día lo sentimos.
Ese día, que los dos ya sabíamos, que habíamos rehuido por egoísmo, por necedad, por ego, llegó.
Ese día llegó y nos quitó un peso de encima.
Ese día llegó y me robó unas cuantas lágrimas de más.
Ese día llegó y te dejó con el ego abollado –asumo.
Ese día llegó, a pesar que lo retrasamos lo indecible…lo impensable…lo innecesario…lo retrasamos hasta el absurdo, pero inexorable como es, llegó.
Ese día llegó y no nos sorprendió, por que mal que bien lo esperábamos, quizá hasta en algún momento lo deseamos, lo buscamos.
Ese día llegó y nos encontró sin deudas, sin prisas, sin ganas de irnos, pero sin ganas de quedarnos.
Ese día, el destino se cumplió. El hilo del “nosotros” cedió ante las tijeras de Átropos.
No hubo poder en el Olimpo o en la tierra que cambiara esa decisión.
Tampoco queríamos que cambiara.
Lo sabíamos desde el inicio, lo único que no sabíamos era cuándo –más tarde o más temprano- ni cómo llegaría. Ni cómo nos encontraría.
Lejos están los días del amor, lejos están los días de la felicidad, lejos están los días en que algo nos unía, lejos están los días en que había algo entre tú y yo. Lejos están los días del “nosotros”.
Y ahora, solo yo puedo responder claramente por lo que sentí, que sólo nos incube a ti y a mí.
Me llevo miles de dudas y presunciones –tu silencio y evasivas me dieron todo el derecho a anteponer mis supuestos- me llevo todo lo que te di y abandonaste, lo que pediste y no usaste, y ante todo me llevo mi corazón roto, pero en paz.
Por que ese día llegó, y como sabíamos, como sentíamos y como esperábamos, nos alejó.
PS. En la mitología griega las Moiras eran personificaciones del destino. Aunque en algunos escritos su número varia, usualmente se establece en tres: Cloto que hilaba la hebra de vida desde su rueca hasta su huso, Láquesis que medía el hilo de la vida de cada persona con su vara de medir y Átrophos, la encargada de cortar el hilo de la vida. Su equivalente romano es la Parca.
La imagen fue tomada del sitio Contacto X .
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