miércoles, 25 de enero de 2012

Amor leal



Amo los libros desde que estoy pequeña. En algún momento mi ilusión fue esa: escribir un libro.

Amo los libros y ellos me aman a mí, por que ninguna lectura me ha defraudado. Al menos las importantes, las novelillas de Corín Tellado a cualquiera defraudan.

Mi romance con los libros empezó casi al mismo tiempo en que mi papá me regaló unas tiras de Mafalda.

Recuerdo que tenía libros de cuento sin las coberturas o solo con una. Aún ahora hay libros que tengo deslomados de tanto releerlos.

Hay libros que leído más de dos veces, más de tres veces. Y libros enormes que he leído día y noche hasta terminarlos.



Mi compañero inseparable de lectura es un lápiz, hb de preferencia.

Y todos mis libros están subrayados, con las esquinas dobladas, con párrafos marcados con corchetes, asteriscos, líneas, flechas, referencias a otros libros, significados de palabras.

Ese es el mejor regalo que me pueden hacer. Libros y libretas o cuadernos de pasta dura. 

Me gusta el aroma de los libros, en especial de los viejitos, viejitos. De esos libros de biblioteca o de segunda mano que traen historias con ellos.

Y me gusta el aroma de los cuadernos nuevos, con sus páginas vírgenes. 






lunes, 23 de enero de 2012

A mí me gusta la independencia

Quizá por que prefiero gastar en libros mi dinero me parece mala, muy mala la publicidad de MD.

A ver, expliquenme, ¿por qué hay que entrenar a un hombre?
El término entrenar me recuerda a los animalitos, esos que se suponen son menos en la escala evolutiva.
A mí los hombres me encantan, unos más que otros, por cierto, y sé que hay algunos terribles y que no nos entienden, pero yo no me sentiría feliz si salen con una campaña de Entrena a tu chica.
A mí eso de las divisiones me va mal. Preferiría que todos nos vieramos iguales entre nosotros mismos. Lástima que sea una utopía.
Además, las lecciones son esas de "me gustan, compramelo"...(ponga aquí su carita de niña-buena-yo-fui).
Tantos años de lucha feminista -que buscaba cosas más importantes que un par de zapatos- terminan en la continuidad de la dependencia al hombre.

A mí me hace sentir mejor y me alegra más podes comprar yo sola mis cosas.
Valerme por mí misma, arreglar las cosas con mis propias manos, pelearme con el papeleo y los oficinistas burócratas de siempre.

A mí me hace más feliz depender de mí misma que andar pidiéndole a un hombre que me resuelva la vida.

En protesta, este es el último post que le dedico a esta campaña. Saludos a usted que dejó sus lecciones en el FB de MD.

lunes, 9 de enero de 2012

Rutina + rutina: Cotidianidad

Hace ratos que mi corazón no late con fuerza.
Hace ratos que es lo mismo, día a día, semana a semana.

¿Será que tengo que rendirme ante la nimiedad de la vida?

Hace ratos que me quejo y no hago nada por cambiar.

Hace ratos que mi vida es una línea plana. Hace ratos que extraño los latidos de mi corazón.