domingo, 30 de mayo de 2010

Volvió mi fantasma

Y volvió, en medio de los muertos de Agatha, del frío que se cuela por que el solecito no ha salido desde ayer, en medio de las mil palabras que tenía que escribir. Volvió.

No es que aún se me contraiga el corazón cuando lo oigo. No es más bien esa sensación de soledad, ese vacío enorme que es como un hoyo negro en medio del pecho.

Ese vacío que sólo con él sentí.

Ese vacío inmenso, que crecía y hacía que me faltara el aire. Esa espantosa sensación de la nada.

Volvió.

Y hoy, con mi parsimoniosa diplomacia, por que tengo una incapacidad enorme para decir no, le dije "dudo que eso vuelva a pasar".

Por que no quiero que él vuelva a mi vida, por que quiero encontrar mi lugar en esta vida, por que quiero hacer las cosas bien.

Y principalmente, por que quiero quererme.

Por eso y más, le dediqué ese "dudo que eso vuelva a pasar".

miércoles, 19 de mayo de 2010

Anoche, viendo Fringe la agente especial Olivia Dunham, en una versión de los años 40 y siendo detective privada dijo más o menos lo siguiente:

There has to be a man in the universe that can keep me warm when I'm cool, feed me when I'm hungry and some time take me to dance.

En español sería así como, tiene que haber un hombre en el universo que pueda calentarme cuando tenga frío, alimentarme cuando tenga hambre y tal vez llevarme a bailar.

Qué se hace cuándo una solo quiere varios "te quiero" azucarados para iniciar el día, abrazos por vitaminas y besos para dormir. Total, de lo demás me encargo yo...

sábado, 15 de mayo de 2010

Cuando vuelven los fantasmas

Estaba limpiando un poco mi correo cuando me encontré este email de hace ya un par de añitos. Lo dejo, lo comparto aquí, por que pues sí, uno no puede luchar contra fantasmas sino simplemente exorcisándolos.


Cuando vuelven los fantasmas


Estás con el alma llena de cicatrices, pero tranquila, luces un nuevo corte y color de cabello, y hasta te atreves a soñar con encontrar un buen hombre.

Suena el teléfono y contestas pensando que es tu amiga. Del otro lado del teléfono, una voz inconfundible te hiela el alma con un: "Hola, ¿cómo estas?".

Siempre me he preguntado qué se supone que una conteste: "Ni te imaginas cuanto he llorado por ti" o "Mal, muy mal". Quizás un "¿Para qué me llamas ahora?".

Pero todo se resume en decir: "Bien, ¿y tú?". Después de ese instante el corazón empieza, no a latir, sino a galopar como corcel desbocado y un frío de muerte congela nuestro cuerpo.

"¿Puedo verte?"... "Claro"...contestamos como idiotas, aunque el sexto sentido nos grite: "¡Peligro!". Entonces todo lo que nos habíamos propuesto se echa a la basura, y haciendo alarde de madurez, nos convencemos de que esta vez será diferente.

Realmente en ese momento florecemos y somos el vivo ejemplo de la idiotez. Razonar... no... ¿Para qué?

Muchas mujeres no solamente caen en ese juego por demás sino que están en el años.
Años que se niegan de vivir y ser felices.

Sí, porque los pocos momentos de alegría se pagan a un precio demasiado caro de dolor y desdicha.

El hombre es bígamo por naturaleza infiel por placer y don Juan por instinto.


Sin contar el machismo cultural, amamantado por sus madres, que celebran con beneplácito las noviecitas del nene. No digo que todos sean así, pero les aseguro que el por ciento es bastante alto.

Pero ¿son ellos culpables? ¡NO!
La culpa es toda nuestra, que somos incapaces de no seguirles el juego.

El amor, cuando no tienes una base sólida de respeto y comprensión, no sirve.

Cuando permites que te usen, serás siempre eso...una cosa.

Hay un refrán muy cierto que dice: "Donde hubo fuego, cenizas quedan".

Está en ti tiznarte o salir adelante.

Cualquier reencuentro, se sabe, es más fogoso que la primera vez. El peligro está en que de igual forma se entrega el corazón. Si el mismo está cimentado en la pasión y no en la razón, las posibilidades de fracaso son muchas...más que las del triunfo.

Amar es algo muy serio.
Amar va más allá de la cama.

Desafortunadamente, en muchos casos, es la cama lo primero. No me mal entiendan, por favor. Una buena cama no es solamente maravilloso, sino saludable, pero nunca debe ser lo más importante.

El disfrute sexual es parte del amor. Nos debemos respeto y dignidad.
Valores que olvidamos cuando aparecen los fantasmas.

Esa segunda oportunidad debe de darse con mucho cuidado. Habla todo aquello que entiendas que no funcionó la primera vez y, sobre todo, no cometas el error de transar por las mismas cosas que una vez destruyeron la relación.

Nadie, cambia de un día para otro, a menos que haya un genuino esfuerzo. Con esto en mente, evalúa si el riesgo que estás tomando vale la pena.

Sé que la soledad no es buena compañía, ni el orgullo herido, ni el deseo.

Reconozco que, cuando se ama, es muy difícil decirle que no a la esperanza.

Acepto que lo mejor de una separación es el reencuentro, pero también sé que si la relación no funciona por segunda vez, el dolor es mucho más profundo.

Estoy segura de que todas las que lean esto han pasado por un dolor así. Me atrevo a asegurar que un 90% volvería con la persona que tanto amó.

Idealiza el recuerdo y añora los momentos vividos.¡Cuidado! No empeñes tu felicidad en vano.

Dale a ese amor pasado, a ese fantasma, descanso en el olvido y si lo ves venir,
¡asústate!, pues lo que no funcionó antes no va a funcionar ahora.

Así que si suena el teléfono y al contestar, esa voz del pasado te dice "Hola, ¿cómo estas?". Contéstale (aunque el corazón te de un brinco)...

"Perdón, creo que tiene el número equivocado".

sábado, 1 de mayo de 2010

One Art

Este poema lo vi en "In her Shoes", desde entonces me gustó y hoy lo recordé. No sé por qué exactamente. Pero además descubrí que Elizabeth Bishop es considerada "la poeta de los poetas".

Así, que dejo a la maestra.

One Art
by Elizabeth Bishop

The art of losing isn't hard to master;
so many things seem filled with the intent
to be lost that their loss is no disaster.

Lose something every day. Accept the fluster
of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn't hard to master.

Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel. None of these will bring disaster.

I lost my mother's watch. And look! my last, or
next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn't hard to master.

I lost two cities, lovely ones. And, vaster,
some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn't a disaster.

--Even losing you (the joking voice, a gesture
I love) I shan't have lied. It's evident
the art of losing's not too hard to master
though it may look like (Write it!) like disaster.