Y volvió, en medio de los muertos de Agatha, del frío que se cuela por que el solecito no ha salido desde ayer, en medio de las mil palabras que tenía que escribir. Volvió.
No es que aún se me contraiga el corazón cuando lo oigo. No es más bien esa sensación de soledad, ese vacío enorme que es como un hoyo negro en medio del pecho.
Ese vacío que sólo con él sentí.
Ese vacío inmenso, que crecía y hacía que me faltara el aire. Esa espantosa sensación de la nada.
Volvió.
Y hoy, con mi parsimoniosa diplomacia, por que tengo una incapacidad enorme para decir no, le dije "dudo que eso vuelva a pasar".
Por que no quiero que él vuelva a mi vida, por que quiero encontrar mi lugar en esta vida, por que quiero hacer las cosas bien.
Y principalmente, por que quiero quererme.
Por eso y más, le dediqué ese "dudo que eso vuelva a pasar".
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