lunes, 26 de enero de 2009

Rosas...1

Bueno, sí, además de escribir lo del día a día, pies de foto, sumarios, titulares y de cuando vez notas completas...hace mucho tiempo dedico algunas horas a esta escritura que ha hecho al Gabo y otro más famosos....yo humildemente comienzo este camino y quiero compartir una pequeña parte del camino.

Agradeceré, críticas, opiniones, comentarios y sugerencias. Así, que aquí les dejo la primera parte de un cuento que quiero mucho. Como dijo el Negro una vez en clase, lo que uno escribe es como sus hijos. Así que ahi les dejo al niño...

ROSAS

Decidí que moriría el día que florecieran las últimas rosas, que por ese año habían sido más prósperas de lo usual.

Elegí ese día para dejarles un recuerdo lindo de mi muerte, que al fin y al cabo no es más que el comienzo…de algo desconocido, sí, pero siempre un inicio.

Me di cuenta que era mi tiempo de morir cuando empecé a perder mi sombra. Además, mamá me había apurado para que terminara mis asuntos aquí.

Nunca conocí a mamá. Sabía que era ella por la fotografía en casa de los abuelos y porque su presencia me daba paz. La encontraba en las habitaciones de la casa vagando tras de mí para impedir que me lastimara y de algún espíritu perverso que me atormentó en la época remota de mi infancia. Pero nunca me hablaba. Sólo conversábamos en sueños.

Era entonces cuando me acariciaba y me recordaba que me quería. En nuestro último sueño me había urgido a que dispusiera mi partida. Yo sabía que eso la hacía feliz, al fin estaríamos juntas, como debió haber sido, pero un equívoco del destino nos separó, y su muerte fue un error.

Mamá murió en lugar de mi tía Otilia, que con el tiempo se convirtió en una solterona amargada, primero porque no tenía propósito en el mundo, y segundo porque el destino no le había preparado hombre. Mi tía murió 50 años después en la forma, la cama y el día que debió morir mamá.

Yo tenía solo meses cuando todo eso pasó. Nunca supe muy bien porque a mamá la había matado una simple purga, hasta que ella me lo contó en sueños, en una de nuestras largas pláticas. Me aclaró que aquella purga era para su hermana, que la apendicitis había tumbado en cama y no por lombrices, como un mal doctor había dicho.

1 comentario:

  1. ¡Ah, qué bonito! se siente uno en medio del sopor. Muy nice, niña Joy, péreme que voy para to be continue...

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